Monday, September 11, 2006

Pasión y Rutina


Sin pena ni gloria, existen momentos en la vida carentes de novedad, monótonos y rutinarios; nos conformamos con el efecto, del banal transcurrir de los días, donde seguramente hay cosas interesantes por contar, pero que al final pasan desapercibidas, porque padecemos de “aburrimientus rutinarius”. Personalmente, soy de los que piensa que siempre hay camino por andar y por ende, historias por escribir. Este es quizás, el dilema, la piedra en el zapato, que siempre está haciendo de las suyas en el juicio del escritor, porque siendo la rutina, el cauce de la historia, carece de estilo, de identidad, de esa sustancia que genera nuevas experiencias y que por ello, excita al lector.

Para que haya río, debe haber cauce y éste último sólo puede ser labrado por una corriente. Podríamos comparar a los diferentes tipos de lectores con los diferentes tipos de peces y no todos los peces nadan en las mismas aguas. Ser consciente de este principio, representa una amenaza para la creatividad, pero una ventaja importante para lanzar el dardo en la diana: Por un lado, permite identificar el objetivo y delimitar el alcance de la historia; por el otro, alimenta la autocrítica del autor y en el acto, al verdugo potencial de su ingenio.

Está claro que la capacidad de elegir, es una de las características típicas del ser humano, pero también está claro, que se va haciendo camino al andar y lo que descubrimos nos da indicios del fin, pues no viene predeterminado cómo el de cualquier máquina. Sólo me resta por decir, que este es un llamado en pro de la curiosidad, de la pasión por la vida y por desarrollar un espíritu aventurero, en búsqueda de la luz que está fuera de la caverna y donde no danzan las sombras.