Thursday, June 01, 2006

NO a la melancolia

Es difícil aceptar que la melancolía se convierta muchas veces, en el motor de la pluma.Y entonces, sentir que las palabras pierden su significado, cuando se transforman en el maquillaje de una profunda tristeza; como si el lector no se diera cuenta. Este no es otro arte, que el arte del hipócrita.

No se necesita de un experto analista de la estética, para comprender los mensajes cifrados del ser humano, porque el problema no suele ser de forma. Generalmente nos dejamos distraer con facilidad, por los asuntos triviales, porque se nos olvida el niño que llevamos dentro, pues resulta que cuando pasamos al estado adulto, nos cuesta más ser observadores e inevitablemente, los juicios y prejuicios, nos llevan, bien a una postura crítica, o bien, a una postura desinteresada. En los niños no sucede esto, pues gozan de una CAPACIDAD DE ASOMBRO inagotable: Lloran con lo que les disgusta, se hacen notar de cualquier manera, con tal de manifestar sus necesidades y cuando están felices; cuando están felices, ¿Quién puede ser tan cruel como para ignorar la sonrisa de un niño?

Los niños también pueden tener posturas críticas o desinteresadas, no lo niego, pero el hilo de esta idea, lo pretendo enhebrar en el hecho de que a diferencia de ellos, a los adultos nos suelen “tallar” algunos prejuicios sociales, como la ambición por el dinero, el alcohol, el cigarrillo, los vicios en general, a cambio de esa capacidad de asombro, que nos permite vislumbrar la belleza de un mundo más sencillo y por ende, más feliz…

Por último, quiero dejar como mensaje, que en los momentos difíciles, no hay que exiliar la esperanza del corazón y como decía una conocida,… ¡La vida es un carnaval!